Entre las tribus del norte de Natal, Sudáfrica, el saludo más común,
equivalente a nuestro “hola”, es la expresión Sawu bona. Significa literalmente
“te veo”. Los miembros de la tribu responden diciendo Sikkhona, “estoy aquí”.
El orden del diálogo es importante: mientras no me hayas visto, no existo. Es
como si al verme me dieras la existencia.
Este sentido, implícito en el idioma, forma parte del espíritu del
Ubunto, una actitud mental prevaleciente entre los nativos africanos que viven
al sur del Sahara. La palabra ubunto surge del dicho popular Umuntu ngumuntu
nagabantu, que en Zulú significa “una persona es una persona a causa de los
demás”. Si alguien se educa con esta perspectiva, su identidad se basa en el
hecho de ser visto, de que la gente lo respete y lo reconozca como persona.
Durante los últimos años, en Sudáfrica, muchas empresas han contratado
gerentes que se criaron en regiones tribales. La ética Ubuntu a menudo choca
con la ética de esas empresas. En una oficina, por ejemplo, es muy normal
cruzarse en el pasillo y no saludarlo. En la ética Ubuntu esto es peor que una
falta de respeto, pues implica que no se reconoce la existencia de esa persona.
Hace poco tiempo, un consultor interno que se había criado en una aldea rural
quedó bastante contrariado después de una reunión infructuosa. Cuando se
comentó un proyecto donde él había desempeñado un papel vital, no se mencionó
ni se reconoció su intervención. Cuando luego le preguntaron qué le molestaba
tanto, respondió: “Ustedes no comprenden. Cuando hablaron del proyecto, no
mencionaron mi nombre. No me hicieron una persona”.
En este curso aspiramos al respeto mutuo y a la apertura que forma parte
del espíritu Ubuntu. Por sus características, es un curso que cobrará forma y significado
a partir de las expectativas y compromisos de cada una de las personas (docente
y alumnos/as) que estaremos trabajando para aprender, recordar cosas que ya
sabemos, planificar y ejecutar acciones para mejorar la educación. Nos
proponemos alentar el potencial ajeno mediante nuestra voluntad de ver la
esencia de los demás.
Nos sentimos complacidos, al reconocer vuestra presencia mediante una
bienvenida.
¡Los veo! ¡Me alegra que estén aquí!
María Elvira Martinez de Campos
(Doutora e Mestre em Ciências da Educação, Membro da Academia de Língua e Cultura Guarani-PY)
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